GENTE
30 de diciembre de 2024
La historia de “la abuela LEGO”, la alemana que construye rampas con bloques de juguete
Desde diseños personalizados hasta soluciones prácticas, es un ejemplo de cómo la creatividad puede abrir puertas y cambiar mentalidades
La historia de Rita Ebel, conocida como la “LEGO Oma” (la abuela LEGO), es un ejemplo extraordinario de cómo la Lo cierto es que Rita no siempre fue conocida por sus rampas. Hace 29 años, un accidente automovilístico cambió su vida al provocarle una parálisis incompleta, que le permite caminar pequeñas distancias con muletas, pero que la obliga a usar una silla de ruedas la mayor parte del tiempo.
Además, superó un diagnóstico de cáncer y dos matrimonios fallidos antes de encontrar estabilidad en su vida personal. A pesar de estas dificultades, su optimismo fue una constante. “No existe una situación que sea solo mala; siempre podemos encontrar algo bueno”, dijo.
El proyecto de rampas comenzó como parte de la iniciativa “Menschen in Hanau” (Humanos en Hanau). Inspirada por el trabajo de Corinna Huber en Bielefeld, quien construyó las primeras rampas de LEGO, Rita decidió replicar la idea en su ciudad, que carecía de accesibilidad adecuada.
Después de ponerse en contacto con Corinna para aprender el proceso, Rita construyó su primera rampa, enfrentándose a la falta de comprensión de muchos comerciantes locales. Sin embargo, ella insistió en la importancia de la independencia: “Un usuario activo de silla de ruedas no quiere detenerse frente a una puerta y pedir ayuda”.
Hoy en día, las rampas de LEGO requieren hasta 8 kg de bloques para superar un escalón de 15 cm, y el proceso puede llevar hasta cuatro horas de trabajo por carril. En ese sentido, Rita trabaja junto a su esposo: él construye las bases, mientras que ella se ocupa de la superficie, donde diseña motivos personalizados.
Cada rampa cuenta una historia única. Por ejemplo, para Mona, una niña de cinco años con paraplejía espástica hereditaria, Rita diseñó una rampa inspirada en Frozen, con figuras de Elsa y Olaf.Otro proyecto destacado fue una rampa decorada con osos de goma para una tienda de dulces, que se ha convertido en una atracción para los visitantes de Hanau.
A pesar de su éxito, las rampas de LEGO no están reconocidas oficialmente como dispositivos accesibles en Alemania, ya que las leyes exigen una pendiente máxima del 6%, algo que no siempre es viable en espacios reducidos. Sin embargo, las autoridades locales apoyan el trabajo de Rita, valorando su impacto inmediato y práctico.Rita no tiene planes de detenerse. En la entrevista con Ability Magazine, explicó que ya está trabajando en rampas más complejas, como las que cubren dos escalones. Con cada proyecto, elimina barreras físicas, desafía prejuicios y genera un diálogo necesario sobre la inclusión.
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