(Enviado especial a Arabia Saudita) Se los nota felices a los hermanos Kevin y Luciano Benavides, quienes luego de una década vuelven a compartir equipo. Aquella vez fue con KTM en la Argentina para el Enduro, y ahora otra vez están bajo la marca austriaca, pero nada menos que en el Rally Dakar. Sin embargo, las expectativas son diferentes, ya que uno llegó con el objetivo de poder lograr su primer triunfo y el otro se plantea completar la “Odisea”, como se la conoce a la carrera más exigente del planeta, que este viernes comenzará su 47ª edición y la sexta consecutiva en Arabia Saudita.

Kevin, ganador en 2021 y 2023, es uno de los pilotos más fuertes en la categoría motos, pero confirmó su presencia sobre la hora debido al Pero el mayor de los hermanos salteños arrancará este viernes el prólogo de 29 kilómetros cronometrados con la expectativa de terminar la competencia. Sabe que llegó con lo justo y, pese a su espíritu combativo, admite que no está en condiciones de mostrar su mejor versión y pelear por el triunfo. “Estar acá ya es una victoria después de todo lo que tuve que pasar”, reconoce y repara en que “el Rally Dakar nunca es tranquilo”. Aunque cabe recordar que en la edición anterior “Deberé aceptar obviamente la condición en la que estoy ahora y hacer lo mejor que puedo con ella. Tratar de evitar hacer cualquier locura o alguna cosa”, añade el piloto, que el 9 de enero cumplirá 36 años.

Recuerda que siempre mantuvo el foco: “He podido ganar un Rally Dakar. Así que este año voy todavía aún más enfocado en mí. No voy a correr mirando los resultados ni nada a los costados. Creo que eso también es la clave para esta carrera”.