4 de septiembre de 2025
"Dio lástima": la mirada de Víctor Hugo sobre cierre de campaña de Milei

En su editorial, el periodista y conductor de La Mañana sostuvo con ironía que el discurso del presidente fue “la peor despedida” que se podía imaginar para cerrar la campaña en Buenos Aires.
“Peor no podía ser la despedida de Milei”, dijo en su editorial el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, sobre el cierre de campaña de La Libertad Avanza de cara a las elecciones en la Provincia de Buenos Aires. Tras asegurar que el acto en Moreno no hizo más que “dar lástima”, señaló: “Como un mentiroso de boliche, del que se conocen de antemano sus inventos, Milei descerrajó una perorata alocada, infame e inocua que parecía mentira”.
Como un mentiroso de boliche, del que se conocen de antemano sus inventos, Milei descerrajó una perorata alocada, infame e inocua que parecía mentira. Sin convicción, sin argumentos, sin vuelo, hilvanó una serie abyecta de acusaciones en las que no faltó ni Nisman. “Si lo nombran tanto, por algo será”, se ve que se dijo.
El intento de defender a Karina y a sí mismo fue tan pueril que solo dio lástima. Tanto por él como por nosotros. “El jefe tuvo el coraje de ir, así que gracias”, dijo su hermano. “Que lo quieren matar”, gritó. Y la multitud rugió. Mirándose entre ellos con gesto admirativo, los seguidores —con y sin capucha— celebraron la denuncia. Lo dijo, nomás, se animó a decirles en la cara que sabe que lo quieren matar.
Las tomas aéreas son patéticas. Lo que sería el área grande de una cancha de fútbol y un poquito más. Pero en eso no hay que confiarse. Se puede votar a Milei pero no dar la cara por él.
¿Con qué facha vas a ir a vivar a un ladrón de un grupo confeso de ladrones sin códigos, capaces de rapiñar a personas con discapacidad? Votarlo es otro asunto. Con el alma rota, arrastrando ese odio viscoso que les sale por los ojos, desventuradas víctimas del sistema informativo mafioso que domina el país, con ese bagaje, lo podés votar.
Hoy Milei está en Los Ángeles. Se verá con un tal Milken, condenado por bonos basura. Gente de lo mejor, siempre. Ladrones confesos. En la ciudad del cine, una de Scorsese, tipo Buenos Muchachos.
Hollywood podría hacer la remake. Se trata de tener un muerto en el baúl, puede ser Andis o Anses o Libra. Tenés que esconderlo y culpar a otros. Y después, a manos llenas, hacer la escena del final con criptomonedas y billetes de soborno. Y con un guiño a la cámara, decir: “No hay plata”. Y Fin. Se terminó la película.
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