Contra todos los pronósticos, el ucraniano, 66 del mundo, venció al japonés Nishikori, 5 del ranking mundial, por 7-6 (7-4) y 6-4. El europeo no cedió un set en todo el torneo. Para el asiático, fue la sexta final perdida de manera consecutiva.
El talentoso ucraniano Alexandr Dolgopolov se consagró campeón del Argentina Open sin ceder un set durante todo el torneo, con un nivel altísimo que le permitió vencer este domingo en la final al gran favorito, el japonés Kei Nishikori, por 7-6 (7-4) y 6-4 en la cancha central del Buenos Aires Lawn Tennis Club.
Dolgopolov, nacido en Kiev y ubicado en el puesto 66 del ranking mundial de la ATP, empleó una hora y 41 minutos para consagrarse ante Nishikori (5) y se llevó la ovación de las 4.200 personas que se acercaron hasta el court central Guillermo Vilas, en el estadio ubicado en el barrio porteño de Palermo.
El ucraniano, de 28 años, recibió el trofeo de manos del cordobés Gustavo Lobito Fernández, el campeón argentino de tenis adaptado sobre silla de ruedas.
Dolgopolov volvió a festejar un título después de cuatro años y medio, cuando ganó Washington en 2012. Anteriormente había conquistado Umag en 2011.
El tenista de Kiev completó una semana fantástica en la que venció en sets corridos al serbio Janko Tipsarevic (94), al uruguayo Pablo Cuevas (22), al austríaco Gerald Melzer (101), al español Pablo Carreño Busta (25) y por primera vez a Nishikori, con quien había perdido los cinco enfrentamientos anteriores.
Dueño de un talento singular y perseguido por lesiones en espalda y cadera que retrasaron su crecimiento en el circuito, el ucraniano heredó como campeón al austríaco Dominic Thiem (8), quien no vino este año a Buenos Aires a defender su corona.
Para Nishikori, en tanto, que había dejado en el camino a dos argentinos, Diego Schwartzman (50) y Carlos Berlocq (77), y al portugués Joao Sousa (41), se trató de su sexta final perdida en forma consecutiva. Los anteriores tropiezos en cotejos decisivos fueron en Miami, Barcelona, Toronto y Basilea 2016, además del mes pasado en Brisbane.
El partido
En la final, el ucraniano tomó ventajas en el primer set, merced a que jugó mucho más suelto, lastimó con su revés y buscó siempre definir cada punto, con subidas a la red que finalizó con excelentes voleas, en las que sacó a relucir su calidad con toques que generaron aplausos del público, inclinado a su favor.
Dolgopolov estuvo muy sólido con su servicio, ya que lo mantuvo sin problemas, y también acertó en la devolución. Aunque tomó malas decisiones en los seis break points que dispuso, ya que no pudo aprovechar ninguno, y además Nishikori -bajo presión- levantó su nivel.
La definición del set se estiró al tie break y allí no falló Dolgopolov, ya que se puso en ventaja 6-3 y cerró por 7-4, con una derecha cruzada que dejó sin reacción al japonés.
En el segundo parcial, se mantuvo la paridad, aunque los dos comenzaban a sentir el calor intenso (con una sensación térmica de 37 grados por momentos agobiante). Entonces, los dos intentaban acortar los puntos para evitar un excesivo desgaste físico y así aparecieron los errores.
El japonés, con muchos problemas para conservar su servicio, algo que le había sucedido también el sábado cuando superó a Berlocq en tres sets, quedó en desventaja por 3-4 y eso sería decisivo.
El ucraniano, quien nunca le había ganado un set al asiático en los cinco partidos que habían jugado, lo quebró con un revés paralelo perfecto y adquirió la confianza que le faltaba para ir en busca de la definición.
Dolgopolov se puso 5-3 con su servicio, luego de una volea de revés exquisita y un saque ganador que el nipón dejó en la red. Esos puntos le allanaron la victoria, que llegó dos games después.
El de Kiev repitió un muy buen juego de saque y quedó con dos match points a su favor, para definir el campeonato con el segundo, luego de un revés de Nishikori que se estrelló en la red.
Dolgopolov festejó lanzando pelotitas al público y luego recibió la ovación que merecía tras una semana fantástica en la que volvió a mostrar el amplio repertorio que lo llevó a ser el número 13 del planeta en 2012, cuando estuvo cerca del "top ten", pero comenzó a sufrir con el tema de las lesiones.
El ucraniano rompió los pronósticos previos, ya que venció a dos tenistas duros en polvo de ladrillo como Cuevas y Carreño Busta, y en la final fue muy superior a Nishikori.
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