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24 de abril de 2020

A 40 años de un triunfo que no tuvo recompensa

Una importante e histórica gesta ante Brasil permitió al seleccionado nacional acceder a los Juegos Olímpicos de Moscú de 1980, aunque luego una decisión política le truncaría a ese equipo la chance de disputar el torneo más importante para un deportista.

El seleccionado argentino de básquetbol consumó hace cuatro décadas un recordado triunfo ante Brasil, en el torneo clasificatorio de Puerto Rico hacia los Juegos Olímpicos de Moscú, aunque la victoria no tuvo correlato deportivo.

Un 24 de abril de 1980, en el Coliseo Roberto Clemente de la ciudad de San Juan, el equipo "albiceleste", entonces dirigido por Miguel Angel Ripullone, superó por 118-98 a Brasil, resultado que le permitió alcanzar uno de los tres cupos pautados por el certamen continental para la competencia olímpica.

El escolta santafesino Carlos Raffaelli, máximo goleador de ese equipo, resultó la principal vía de ataque en ese éxito, con un acumulado de 36 puntos. Mientras que José Luis Pagella aportó otras 23 unidades.

Ese triunfo y el siguiente alcanzado ante Cuba para cerrar el certamen le permitieron al combinado argentino obtener el tercer puesto, detrás de Puerto Rico y Canadá, con lo que logró la clasificación a los JJOO.
“Recuerdo patente lo que ocurrió ese día. Son esos partidos que uno quisiera que no terminasen nunca”, deslizó Chocolate Raffaelli, hoy con 67 años.
Raffaelli, hoy agente de basquetbolistas, evocó la dificultad que tenía, por esos años, Argentina “para ganarle a Brasil” en las distintas competencias internacionales que asumiera. “Los habíamos derrotado en el Sudamericano de Bahía Blanca el año anterior y nada más”, recordó.
Para el ex jugador de Obras Sanitarias, ganador de la Copa William Jones (1983), la clave del triunfo consistió en “que todos sabíamos que era el partido más importante de nuestras carreras”. “Me animo a decir que se trató del mejor partido de esa generación de jugadores. Nos salió todo redondo”, agregó.
Raffaelli reconoció que un aporte decisivo en la obtención del objetivo radicó en la llegada del prestigioso entrenador yugoslavo Ranko Zeravica, quien se acopló de inmediato al cuerpo de trabajo y se erigió en el principal asistente del Bala Ripullone.
“(Ranko) Zeravica nos dotó de conceptos técnicos y tácticos que nosotros no teníamos incorporados. Venía con su bagaje de haber sido campeón del mundo con el seleccionado de su país y eso lo volcó automáticamente. Teníamos una gran admiración por él”, admitió el santafesino, en relación al entrenador que había guiado al campeonato mundial al representativo balcánico en 1970.
El boicot impuesto posteriormente por los Estados Unidos y la adhesión automática de la Argentina derivó en que Raffaelli y sus compañeros no tuvieran la chance de competir en Moscú, a partir del 19 de julio de ese año.
“Fue la decepción más grande de mi carrera. La juventud no te otorga la dimensión exacta y hoy te das cuenta que esas oportunidades pasan una sola vez en tu vida”, deslizó Raffaelli, con un dejo de nostalgia.

La campaña 

1ra. fecha - 18 de abril
Argentina 93 - Puerto Rico 99

2da. fecha - 20 de abril
Argentina 104 - México 79

3ra. fecha - 21 de abril
Argentina 86 - Canadá 89

4ta. fecha - 23 de abril
Argentina 97 - Uruguay 86

5ta. fecha - 24 de abril
Argentina 118 - Brasil 98

6tra. fecha - 25 de abril
Argentina 86 - Cuba 75

Posiciones finales

1º) Puerto Rico 6-0; 2º) Canadá 5-1; 3º) Argentina 4-2; 4º) Brasil 4-2; 5º) México 2-4; 6º) Cuba 1-5; 7º) Uruguay 0-6.

La causa del boicot a los JJOO de Moscú 1980

Estados Unidos encabezó el boicot a los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, al que adhirieron más de 60 países, argumentando que desistía de acudir a la cita deportiva, por la invasión militar de Unión Soviética a territorio de Afganistán.
En diciembre de 1979, las fuerzas especiales de la KGB y del GRU ingresaron por la fuerza al territorio del país asiático y depusieron al entonces presidente afgano, Hafizullah Amin, a quien consideraban aliado en un principio, pero luego este otorgó indicios de alinearse con la Casa Blanca.
Apenas consumado el asalto al Palacio de Tajbeg en Kabul, el gobierno estadounidense, entonces a cargo del demócrata Jimmy Carter, pronunció el ultimátum.
Así, en enero de 1980, en plena Guerra Fría entre las dos superpotencias mundiales, el presidente norteamericano jugó una baraja fuerte y arremetió contra las autoridades del Comité Olímpico Internacional (COI).
“Ir a los Juegos Olímpicos de Moscú sería como poner un sello de aprobación a la política exterior de la URSS. El COI debería cambiar la sede” reaccionó Carter.
Algunos países como Alemania Occidental, Japón, Turquía, Noruega, Corea del Sur, Israel y Egipto adhirieron a la postura estadounidense. En el bloque americano también dieron el sí al boicot naciones como Canadá, Chile, Paraguay, Uruguay, Honduras, Panamá y Argentina, entre otros.
Los Juegos de Moscú se desarrollaron entre el 19 de julio y 3 de agosto de 1980. El medallero quedó en manos de la URSS (80 de oro; 69 de plata y 46 de bronce), escoltado por la República Democrática de Alemania (47; 37 y 42) y Bulgaria (8; 16 y 17).

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