FúTBOL
5 de julio de 2024
Dibu Martínez, el arquero del pueblo
El portero del Aston Villa volvió a ser clave en una definición por penales para la selección argentina
No destrabar el juego hizo que no se pudiera cuidar a Messi. El 10 confesó que hasta el último entrenamiento tenía temor de sentir alguna molestia. Y se percibió en su andar que no pudo ser el Leo de siempre. Hay una estadística que indica que tocó la pelota 32 veces, su registro más bajo en un partido completo de una competencia oficial con Argentina. Conceptualmente también se vio que no fue el eje de la Selección para manejar los tiempos, o para rescatar la falta de calidad de los ataques. Salvo el pase a Enzo Fernández, o algún arranque aislado, no pudo estar todo el tiempo en línea. En otra época se lo podía ver desconectarse. Pero casi nunca en esta era de la Selección. Siempre fue el eslabón imprescindible, el que nunca se podía omitir en un ataque. O sea: no fue consecuencia de un bajón futbolístico. Ni siquiera sirve como coartada que le faltó acompañamiento en el medio, un sector clave donde sólo rindió en nivel alto Mac Allister, inteligente para jugar en cualquier rol. Tuvo que ver más con el físico de Leo. Esta versión completa del 10, cuando la pelota era un fuego contra México en Qatar, rescató a todos. En Houston quedó atado, con algunos movimientos hasta controlados. El costado positivo es que se delata una vez más su compromiso con la camiseta, con el grupo, con la gente. “Me emociona porque lo vi sufrir un montón. Lo vi preocupado. Es como un hermano mayor para nosotros”, blanqueó De Paul. A lo Messi, porque ya lo demostró mil veces, él pidió jugar. Nunca deja tirados a sus compañeros.
Argentina siempre tiene de donde sostener su ilusión. Con Ecuador supo sufrir. O como dice Simeone, supo jugar mal. Hay días en que no salen las cosas como se planifica y no hay que perder. Va más allá de los lugares comunes que a veces sirven para explicar situaciones con cierta pereza intelectual. Pasar por penales no borra defectos pero puede generar un empujón anímico. No hay ningún equipo candidato en la Copa América que no haya coqueteado con la derrota. Uruguay, el gran enemigo de la mano de Bielsa, fue superado durante gran parte del partido con Estados Unidos y ganó con un gol que fue offside pese a las líneas del Var. A veces impresiona con su precisión en velocidad con jugadores como Valverde, Darwin Núñez, De La Cruz; otras, no deja de llamar la atención que no maneje otra velocidad de ataque si el partido lo pide. Panamá también le manejó la pelota en un tramo del segundo tiempo... Brasil, el otro equipo con escudo grande, fue superado por Colombia, otra selección a la que la tecnología le anuló una jugada tomando como referencia a un jugador equivocado. Tiene delanteros de la calidad de Vinicius, aunque le faltó juego en el medio para conectar con la individualidad y hoy en día no hacen daño con los laterales. Argentina mantiene en alto su cartel de candidato: ahora tiene más tiempo para recuperar a Messi, es el plantel con mejores jugadores, sabe disputar estas instancias decisivas, el lado de la llave más amigable le dará a Venezuela o Canadá... Y juega con 12 cuando el Dibu Martínez está en el arco.
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