Maverick Viñales tiene cinco circuitos en los que se siente especial, uno es Le Mans, su fetiche, el lugar donde ganó por primera vez en 125cc cuando tenía 16 años y donde en mayo se apuntó su primer cajón MotoGP a los 21. Otro es Assen, pero la lluvia lo torció y la gloria se la llevó su viejo compinche Jack Miller. El tercero es Silverstone, donde ya ganó en su año de rookie Moto2 en 2014 y donde estrenó la púrpura en MotoGP. El cuarto es Phillip Island que lo tiene subrayado desde el test. Y el quinto es Cheste, pero ese capítulo lo escribirá en noviembre el día que se despida de esa querida Suzuki que le ha permitido crecer.

Desde que en mayo acordó abandonar Suzuki y fichar por el Movistar Yamaha Maverick tenía entre ceja y ceja esa victoria en MotoGP, su primera vez. Lograrlo con una moto que no ganaba desde 2007 engordaría aún más su futura leyenda, esa que se está por escribir sobre una moto ganadora y al final ha llegado en Silverstone.

Así acabó la carrera, con victoria de Maverick Viñales por delante de Cal Crutchlow, Valentino Rossi, Marc Márquez y Dani Pedrosa.

Aleix Espargaró colocó la segunda Suzuki en la séptima plaza, por delante de Jorge Lorenzo, y el talaverano Álvaro Bautista (Aprilia RS GP) acabó en la décima posición.

Héctor Barberá también entró en los puntos al colocar su Ducati Desmosedici GP14.2 en decimocuarta posición, con Esteve "Tito" Rabat (Honda RC 213 V) decimoquinto.

Silverstone además dejó para el registro histórico un nuevo vencedor, el cuarto distinto en las últimas cuatro válidas y el séptimo del año (Lorenzo, Márquez, Rossi, Miller, Iannone, Crutchlow y Viñales), lo que ha hecho que esta campaña sea una de las más parejas en la historia de MotoGP.