Luego de un tiro libre a favor de los nipones, Orlando Berrío, de Atlético Nacional, cometió una falta que no advirtió absolutamente nadie: ni el árbitro, el húngaro Víctor Kassai, ni los rivales, ni los compañeros del delantero del equipo colombiano.

Es más, el juego siguió. Fueron casi dos minutos más hasta que el árbitro interrumpió el desarrollo del juego entre colombianos y japoneses, debido a que por la "cucaracha" le avisaron que había existido un penal que él ignoró.

Kassai escuchó lo que le dijeron, interrumpió el partido, se acercó hasta un costado de la cancha y, observando la pantalla, vio como el pie de Berrío le ponía la zancadilla a Nishi, del elenco nipón.

Sin dudarlo, señaló el penal, ante la incredulidad de los colombianos y la sorpresa de los nipones. Doi, de derecha, señaló el 1-0 para los japoneses.

Resultado que, luego, fue aumentado por los nipones, que se impusieron 3-0 y jugarán la final del Mundial de Clubes, muy probablemente, ante el Real Madrid que se medirá en la mañana del miércoles ante el América de México.