Esta tarde, en el predio que la Asociación del Fútbol Argentino posee en Ezeiza no se podrá repetir aquel escándalo inolvidable. Habrá lista única. El Ascenso Unido logró ponderar a su hombre: Claudio Fabián "Chiqui" Tapia, presidente de Barracas Central y ahora, de todo el fútbol argentino.

Tapia emergió como el candidato de la unión. Impulsado por un ascenso fortificado, que en el río revuelto, supo "pescar" más que nunca, el titular de Barracas Central dejaba conforme más o menos a todos los que tironearon muchísimo por el poder en AFA desde el 3 de diciembre de 2015: Marcelo Tinelli, Rodolfo Donofrio, Daniel Angelici y Hugo Moyano.

Los presidentes de Boca e Independiente serán vices 1ro y 2do, respectivamente, de la nueva conducción. El Cabezón se quedó con la Secretaría de las Selecciones Nacionales y, tal vez, la Súperliga. Donofrio, por su parte, irá unido a dónde esté Tinelli.

Dentro de una agenda cargadísima, Tapia deberá prestar especial atención a tres ítems de suma importancia: Reducir la sanción a Lionel Messi, definir si seguirá contando con Edgardo Bauza o si meterá un volantazo y poner orden económico en el fútbol doméstico, con el cuantioso dinero que ingresará de la sociedad estadounidense Fox-Turner.

Lo más urgente y caliente es ver si puede destrabar la sanción a Messi, si puede reducirla e incluso volverla a foja cero. Después, a 120 días del próximo compromiso de la Selección Argentina por Eliminatorias, deberá decidir si sigue confiando en el Patón o si estos 4 meses son aprovechados para un último y arriesgado cambio a mitad del río. En lo económico, la cosa es más compleja. Y quizás lleve más tiempo. También, siendo justos, seríamos muy malos si pretendemos que Tapia arregle, en unos pocos días, el lío descomunal de un Fútbol Argentino acéfalo hace tres años y monedas.