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AJEDREZ

24 de octubre de 2017

Movimientos en blanco y negro, una historia sorprendente

Personalidades destacadas, numerosos libros y revistas, trebejos y otros objetos de época, documentos originales increíbles son la excusa perfecta para recorrer en la muestra del Museo de la Lengua más de 150 años de esta pasión argentina.

Por Fernando Maskin. Argentina ha sido capital mundial del ajedrez muchas veces. Quizás hayan sido momentos puntuales y en algunos casos efímeros, pero han llevado al país a convertirse en una de las referencias geográficas de este deporte. 

Repasemos esos momentos trascendentales: En los comienzos del siglo XX la Argentina recibió visitantes ilustres del ajedrez, como Lasker, Capablanca, Reti y Alekhine. En 1927 en Buenos Aires, se dieron cita el entrenado y hosco Alekhine, frente a un descuidado y noctámbulo Capablanca, enfrentándose en un match por el campeonato mundial de ajedrez. Capablanca reaccionó tarde y perdió el título mundial que detentara hasta ese momento con enorme autoridad. En 1939 se jugó en Buenos Aires el Torneo de las Naciones (luego llamado Olimpíadas). A pesar de las ausencias de equipos destacados, hubo entre las representaciones participantes jugadores muy fuertes que realzaron al torneo. Ya de por sí fue un evento destacable, pero tuvo un agregado único: mientras se desarrollaba la competencia, en Europa dio inicio la Segunda Guerra Mundial, acarreando consecuencias insospechadas para el futuro del ajedrez argentino y mundial. Los acontecimientos en el Viejo Mundo torcieron el destino de muchos jugadores, como el de Najdorf y Eliskases –entre otros– que resolvieron no regresar y establecerse definitivamente en el país, elevando así la calidad de una plantilla de ajedrecistas que ya se medía de igual a igual con los mundialmente consagrados y que años después lograría varios subcampeonatos olímpicos, en 1950, 1952 y 1954. Precisamente en 1954 podemos ubicar el cuarto hito, ya que los equipos campeón y subcampeón, Unión Soviética y Argentina, se enfrentaron en un match en Buenos aires. En 1971 Buenos Aires fue una convulsión al recibir en plena guerra fría al estadounidense Bobby Fischer y al soviético Tigran Petrosian, quienes disputaron la final del Torneo Candidatura. Fischer, cuya fama era equiparable a la de una estrella de rock, venció y accedió así al pasaporte para retar al campeón del mundo del momento, Boris Spassky, en un memorable encuentro realizado en Islandia. En 1978 nuevamente Buenos Aires fue sede de las Olimpíadas y la ciudad fue testigo de una URSS destronada por el equipo húngaro luego de un largo reinado olímpico. En 1980 el Torneo Candidatura tuvo otra vez una instancia decisiva en Buenos Aires. Se enfrentaron el ex soviético Víctor Korchnoi, con su otrora amigo y ya en ese entonces enemigo personal, el soviético Lev Polugayevski. Hubo que esperar hasta 2005 para volver a sentir los flashes lejanos, cuando en San Luis se realizó el Torneo para el Campeonato Mundial, ganado en gran forma por el búlgaro Vesselin Topalov.

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