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17 de enero de 2020

Ricky Brabec ganó el Dakar en motos y devuelve a Honda a lo más alto tras el largo reinado de KTM

seguido en la segunda posición por el chileno Pablo Quintanilla (Husqvarna), que firmó su mejor actuación en ocho participaciones y tercero del australiano Toby Price (KTM).

El estadounidense Ricky Brabec (Honda) ganó el Dakar en motos, seguido en la segunda posición del chileno Pablo Quintanilla (Husqvarna), que firmó su mejor actuación en ocho participaciones en el rally más duro del mundo, y en la tercera del australiano Toby Price (KTM).

Hacía 31 años que Honda buscaba al piloto que hiciese de nuevo a la marca japonesa ganadora del Dakar y, tras muchos fracasos, el héroe que tuvo éxito en esa misión ha sido el estadounidense Ricky Brabec, que este viernes ganó el rally en la categoría de motos.

Brabec, de 28 años, se ha convertido así en el primer estadounidense en ganar el Dakar y, de paso, terminar con una larga sequía de las motos oficiales de la marca nipona en el rally más duro del mundo.

El norteamericano además fue el encargado de acabar con la hegemonía de dieciocho años consecutivos de victorias en el Dakar de la marca austríaca KTM, una gesta en la que muchos otros fracasaron años atrás.

Lo hizo además sin ser el primer espada de su equipo, pues las dos motos principales en el garaje de Honda son las del español Joan Barreda, cuyo mejor resultado ha sido un quinto puesto en diez participaciones en el Dakar, y el argentino Kevin Benavides, que llegó a ser segundo en 2018.

 

Regular y calculador

Sin embargo, Brabec adelantó a sus propios compañeros al perfilarse como el piloto más regular del equipo y también el más perspicaz, al acertar con los momentos donde ser más agresivo y también en los que era mejor mantenerse en la sombra y al acecho.

En este Dakar su estrategia le salió a la perfección, pues fue incisivo en las primeras etapas, que eran técnicamente muy complicadas sobre pistas duras, cañones de roca y caminos de montaña, superficies donde sacó una ventaja considerable que luego supo administrar en el resto de la carrera.

Desde la tercera etapa se puso líder y ya no soltó la primera plaza de la clasificación en las ocho restantes, administrando su ventaja con sabiduría para ceder el menor tiempo posible cuando salía delante y salir al ataque con furia cuando partía desde más atrás.

En total Brabec sumó en este Dakar dos victorias de etapa pero, salvo en una, siempre acabó entre los diez primeros, lo que demuestra la gran regularidad de este piloto nacido en California.

 

La revancha tras un amargo abandono

El año pasado ya parecía el piloto más en forma para llevarse el rally, con tres etapas ganadas, pero el motor lo dejó tirado en el octavo día, cuando faltaban dos para llegar a la meta final, lo que catalogó como "el momento más triste" de su vida.

"Tras colarme entre los mejores durante 8 días, con tres victorias en el bolsillo y la victoria final a tiro, me llevé una decepción tremenda cuando me vi obligado a abandonar. Nunca en mi vida me había sentido tan mal. Decir adiós cuando acariciaba el triunfo me resultó durísimo, me rompió el corazón", contó Brabec.

El norteamericano triunfó en el rally en la quinta vez que participaba pero es la segunda que consigue terminar. En su debut en 2016 obtuvo una meritoria novena posición y en los tres siguientes tuvo que abandonar, aunque su progresión fue a más hasta conquistar el rally este año.

En 2017 consiguió ganar su primera etapa del Dakar, pero abandonó en el décimo día de competición por una caída donde rompió el radiador de la moto, y en 2018 se retiró por un problema mecánico.

 

Marcado por la muerte de Gonçalves

La victoria final que tanto persiguió Brabec ha estado marcada por la amarga y trágica muerte en la séptima etapa del portugués Paulo Gonçalves, quien hasta el año pasado había sido su compañero en el equipo oficial de Honda.

El norteamericano, criado en una familia amante de los deportes de motor, recaló en el escuadrón de la marca nipona tras destacar en el circuito de rallys fuera de pista de los Estados Unidos, donde prácticamente lo ha ganado todo.

Solo en 2014 ganó las tres carreras de desierto más prestigiosas de país norteamericano, entre ellas la Baja 1000, la Baja 500 y la Baja 250, un triplete que no pasó inadvertido para Honda.

El equipo oficial de la marca japonesa lo invitó en 2015 a correr el Abu Dhabi Desert Challenge, donde firmó una destacada quinta posición que le sirvió para comenzar a pilotar la moto oficial de Honda en el Dakar a partir del año siguiente, con una progresión que lo llevó este año hasta lo más alto.

 

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