BASQUET
11 de noviembre de 2022
Para Argentina salió todo mal: derrota ante Dominicana y por buen margen
El equipo argentino no encontró nunca el juego ni la puntería para derrotar a un equipo más dinámico y que cometió menos errores.
En un partido clave para las aspiraciones de ambos de llegar al Mundial 2023, y que tenía hasta un toque algo morboso previo (Che García dirigiendo a Dominicana frente a su exequipo hasta hace 3 meses), se dio lo que se esperaba: un trámite trabado, con mucho roce, mucho nervio y pocas libertades. En ese contexto, Argentina jugó un flojo partido y cayó 80-69 sin atenuantes, ante un rival que tuvo más dinámica, más energía y mejor puntería.
La primera mitad de Argentina definitivamente no fue buena. Muchísimas pérdidas, baja concentración defensiva y, a partir de las pérdidas, corridas de Dominicana, permitieron que el local tomara el control tras el 20-20 del primer cuarto, que se convirtió en ventaja de 10 rápidamente.
Argentina tenía varios problemas: uno ofensivo, mérito de la defensa local y desmérito propio en pases de riesgo. Baja efectividad exterior y mal balance defensivo para frenar los contraataques locales. Prigioni necesitaba reformular varias cosas en el entretiempo después de los 14 balones perdidos en esos 20 minutos iniciales, en donde se fue con precio de amigo: 33-41 después de una antideportiva de Vargas a Vaulet cuando tiraba de 3, y que permitió un parcial de 4-0 tras la máxima de 12.
Argentina no tenía fluidez. No estaba cómodo, no encontraba pases claros. Claramente, la falta de habitualidad entre buena parte de los integrantes, con poquísimos días de prácticas, tenía su peso. Argentina ha tenido en los últimos años una marca: juega buen básquet cuando puede prepararse bien. Si no, no le sobra nada.
El tercer cuarto tuvo dos partes. Un comienzo muy favorable a Argentina que, al dejar de perder pelotas, le sacó a su rival la principal arma ofensiva: el ataque rápido. Sin eso, Dominicana jugó estacionado, donde no se siente cómodo, perdió pelotas y entonces el trámite se revirtió con las mismas características. Argentina se puso a 3, pero volvió a caer en los mismos errores y Dominicana recuperó rápido la ventaja. El partido entonces se suspendió 45 minutos por goteras y, al regreso, Dominicana retomó la máxima de 12 demasiado fácil. Y la extendió, con una ráfaga de Gerardo Suero letal, que castigó la endeble zona argentina con triples.
Argentina amagó varias veces con meterse en partido, pero no sostuvo ni defensivamente ni ofensivamente su juego nunca. Dominicana pudo todo el partido tirar buenos lanzamientos de tres, que acertó con alta efectividad, y desequilibró en el uno contra uno de sus perimetrales más picantes, más allá del juego interior que mostró con Delgado y Vargas, algo que Argentina no pudo anular. Meritorio cómo los locales se reformularon para mejorar su ataque fijo.
Los minutos finales mostraron a una Argentina muy desordenada y a una Dominicana con la energía del que se sabe superior, sobre todo porque logró en el cierre quedarse no solo con la victoria, sino con una diferencia que puede ser clave para llegar al Mundial. Suero, con 20, fue la figura de la cancha. En Argentina, Brussino fue el goleador con 16, pero no tuvo ningún punto alto en su rendimiento individual.
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