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AUTOMOVILISMO

16 de abril de 2015

Un poco de historia: Hoy el “Trueno Naranja”

"Unos días antes de llevarlo a las pruebas de clasificación lo pintaron y solo encontraron en el taller tres tachos de pintura, uno blanco, otro amarillo y el tercero rojo. Mezclaron todo y surgió un color anaranjado fuerte"

Por los años sesenta, se produjeron una serie de cambios importantes en la categoría del Turismo Carretera, con la aparición en primer término del recordado "Chevytú", de José Froilán Gonzalez, que piloteaba Jorge Cupeiro, para darle batalla a las viejas "cupecitas", entre las que se destacaba la "Galera" de los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi. Luego comenzaron a participar más activamente las comisiones de concesionarios y con el apoyo de las fábricas instaladas en nuestro país, se iniciaron en la popular y folklórica categoría.

 

Luego del Chevytú aparecieron los Torino y luego Ford preparó algunos autos especiales sobre la base del Falcon, que entre otros corriera Santiago Luján Saigós, apoyando también a varios pilotos particulares. La fábrica de Pacheco le encargó al ingeniero Horacio Steven, el diseño y construcción de un vehículo que fue una "bisagra" en la categoría y se lo conoció como "el prototipo Ford", de color azul, con anchas franjas blancas longitudinales.

 

El día del debut de este auto fue en el Autódromo de Buenos Aires y fue un suceso para los seguidores del óvalo. Ganó de punta a punta la primera manga. Al largarse la final, picó en punta, pero al llegar al curvón de Salotto, se despistó y volcó. El coche se incendió, produciéndole heridas de consideración a Atilio Viale del Carril y la muerte a Pepito Giménez. Luego de este hecho, la comisión le ofreció el auto a Oscar Cabalén "El Califa Grande", que fue a probarlo en el circuito de la Siderurgia en San Nicolás. Allí el auto se despistó y se incendió, y murieron ambos ocupantes. Como consecuencia de todo esto la comisión de concesionarios Ford se retiró del proyecto y continuó corriendo con los probados Falcon "angostados".

 

Es aquí cuando entra en acción Carlos Alberto Pairetti, que en aquel momento corría su auto conocido como "El Barracuda". Pairetti conversa con el ingeniero Steven y lo convence de unos cambios y ponerle a prototipo un motor Chevrolet 250 de 7 bancadas.

 

El auto fue probado y preparado. Era realmente una máquina increíble y capaz de derrotar a los líderes de la categoría que ya habían presentado el Torino Liebre Mark II. Unos días antes de llevarlo a las pruebas de clasificación lo pintaron y solo encontraron en el taller tres tachos de pintura, uno blanco, otro amarillo y el tercero rojo. Mezclaron todo y surgió un color anaranjado fuerte.

 

Desde aquel momento y luego de varias carreras y campeonatos ganados por Don Carlos, al auto se lo denominó: "El Trueno Naranja".

Pairetti tenía el objetivo de lograr el campeonato de TC del año 1968, decide cambiar de rumbo y recurrió a Horacio Steven cuando se entero que este construía un nuevo auto (nota: Steven estaba armando los Torinos que debutarían en el Gran premio de 1966 cosa que no ocurrió y en 1967 construyo los prototipos Ford para ganarle a las liebres teniendo como resultado dos autos que se accidentaron quemándose y donde perdió la vida Oscar Cabalen)

Con el trato cerrado con Steven y su gente trabajando en la adecuación de la mecánica Chevrolet, los miembros de “Competición S.A.” ponían todo su ingenio en el nuevo proyecto. El chasis fue reforzado en varios puntos para aumentar su rigidez y disminuir su torsión. Para revocar los malos comentarios que se hacían sobre Steven y su auto, se junto un grupo de trabajo que estaba conformado por Pedro Campos quien diseño el chasis, suspensiones y carrocería del trueno; Rodolfo Fraga del departamento técnico-practico; Jorge Arcuri bocetista, proyectista y dibujante; Jorge Rama constructor del chasis y Carlos Mourelos mecánico.

El Trueno estaba inspirado en el fatídico prototipo Ford, de hecho se usaron sus matrices originales, claro está que se produjeron algunas modificaciones. En el aspecto exterior, la trompa del Trueno era mucho más “lisa” , sin los buches de los carburadores Webers que usaban los autos del ovalo. Tampoco tenía las tomas de aire laterales para la refrigeración de los frenos, sin esta variante se logro ensanchar la carrocería unos 7 cm. lo que evitaba que las anchas cubiertas quedaran al descubierto.

Se cambio la distribución de los tanques de combustible, antes estaban en los costados del habitaculo y ahora se colocaba uno solo de unos 240 litros de capacidad detrás de las butacas.

 

La novedad y mayor diferencia estética con el prototipo Ford era que la parte trasera adoptaba ahora una cola en forma de spoiler (cola de pato) que permitía una generosa carga aerodinámica que beneficiaba la adherencia del tren trasero.

 

Comienza el fenómeno

En su primer contacto con la unidad en el autódromo de Bs. As, Pairetti quedó asombrado: “este auto es extraordinario, nunca maneje uno con tan buena tenida como este. Esta es solo una prueba, será necesario caminarlo mucho para poner todo a punto. También voy a necesitar un poco de tiempo para acostumbrarme al volante a la derecha”

 

El “fast-Chevrolet” como se lo conocía al principio, debuto en las 250 millas que se realizo el 23 de junio de 1968 en el autódromo porteño, donde abandonó por rotura del diferencial, pero lo producido en carrera cuando llego a puntear durante varias vueltas demostraba que Pairetti no estaba errado en su decisión y que era serio candidato para quebrar el dominio que por aquel entonces tenían las liebres 2. En menos de un mes hubo revancha, el 14 de julio en Córdoba, el Trueno Naranja fue invencible. Pairetti ganó así su segunda carrera de la temporada, la primera había sido en Balcarce el 28 de abril con el Barracuda, y se mantenía firme en la lucha por el título. A la semana siguiente fue segundo en las 100 vueltas en el autódromo porteño. La tercera victoria de Pairetti llego el 18 de agosto, nuevamente en Córdoba con la disputa de los 250 kilómetros.

 

Luego vinieron dos abandonos, primero en Bs As (1 de setiembre) con el “Nene” García Veiga al volante – Pairetti se la cedió porque arreglaba su participación en la F2 en Europa – y luego en Allen (22 de setiembre). El primero fue por la rotura del embrague y el siguiente – nuevamente con “il matto” al volante – por inconvenientes en la presión de aceite.

 

Se repuso de nuevo con un triunfo en Bs. As (29 de setiembre), pero volvieron las deserciones. En San Juan (6 de octubre) por rotura de diferencial y en Bs. As (13 de octubre) por una pinchadura en el radiador de aceite. Pero el año terminaría bien para el Trueno Naranja y por supuesto para Pairetti. Con sendos segundos puestos en Rafaela (3 de noviembre) y Córdoba (17 de noviembre) llego a la consagración: el tan ansiado título de Turismo carretera.

 

En el 69 Pairetti volvió a cambiar y corrió la temporada de TC con el Nova-Chevrolet o Nova naranja (casco de una liebre 3 con la mecánica Chevrolet), el trueno paso a manos de su eterno amigo García Veiga quien, por esas cosas del automovilismo, no llegó a igualar los resultados del 68, a pesar de eso, el Trueno Naranja se gano el respeto de todo el mundo. Nació del ingenio de Steven y se consagro por decisión del público, y eso no es poco.

 

 

 

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Comentarios

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GUILLERMO

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Lo ví ganar el Campeonato aquella tarde del 24 de Noviembre de 1968 en BsAs. A la pista pueden salir cien autos históricos - pero sale mi amado Trueno y los demás son polvo bajo sus pies. Naciste grande y grande serás hasta el fin.

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Marcelo Aspuru No solo fue orgullo de los mecánicos. Tambien fue un "ídolo" para los pibes de la época. Todavía recuerdo como dibujábamos con tiza la "pista" y yo tenía mi "trueno naranja" de plástico, donde le sacabamos las ruedas delanteras, con un corte llenábamos con masilla y colocábamos una cucharita que le "robábamos" a la vieja, para que tenga movilidad y rapidez! No se que pasó con mis amigos del barrio. Pero el "trueno" siempre va a estar en mi memoria!!!

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Gaston

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Sin dudas el auto mas emblematico de la historia del TC. Tuve la oportunidad de subirme al Trueno, y cada tanto paso a saludar a Carlos Pairetti quien vive en mi ciudad Arrecifes. Un Idolo.

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