La Municipalidad decretó duelo durante un mes y no hubo clases. Además, se anunció que se suspendieron todas las fiestas oficiales de Navidad y Fin de Año.

Posteriormente los hinchas se las ingeniaron para ingresar al estadio Arena da Conda pese a que estaba cerrado, y cantaron, se abrazaron y lloraron por el accidente que provocó 71 muertos y seis heridos, completando la capacidad del lugar como si se jugara una final que ya no se jugará.

Otras desgracias del fútbol

En Sudamérica

La tragedia sufrida por Chapecoense, que dejó 71 muertos, es una de las que más víctimas fatales produjo entre las que se inscribieron en el marco de otros accidentes aéreos que envolvieron a equipos de fútbol.

En el orden sudamericano, surge el recuerdo de los accidentes padecidos por Green Gross de Chile, The Strongest de Bolivia y Alianza Lima de Perú.

El 3 de abril de 1961, el avión en el que viajaba parte del plantel de Green Cross de Chile se estrelló en la cordillera de Linares, a unos 300 kilómetros al sur de Santiago, dejando 24 víctimas mortales, entre ellas el argentino Eliseo Mouriño, ídolo de Banfield y Boca Juniors.

A The Strongest le tocó su desgracia el 26 de setiembre de 1969, en la que se conoce como “La Tragedia de Viloco”, ocurrida en las cercanías de La Paz.El vuelo de Lloyd Aéreo Boliviano entre Santa Cruz de la Sierra y La Paz se estrelló en zona montañosa y murieron 74 personas entre futbolistas, cuerpo técnico, directivos, pasajeros ajenos a la delegación y personal aéreo.  

Más acá en el tiempo, el 8 de diciembre de 1987, la tragedia alcanzó a Alianza Lima, puntero del Campeonato Nacional, que regresaba a la capital peruana luego de ganarle por 1 a 0 a Deportivo Pucallpa, como visitante. El vuelo chárter, un avión Fokker de la Marina de Guerra del Perú, se precipitó al mar a pocos kilómetros del aeropuerto Jorge Chávez y murieron 43 personas, todas ellas vinculadas con Alianza, además de la tripulación.

En Europa

En cuanto a Europa, se destacan los accidentes sufridos por el Torino de Italia, el Manchester United de Inglaterra y el seleccionado de Dinamarca.  El del Torino, conocida como “La Tragedia de Superga”, ocurrió el 4 de mayo de 1949, cuando el plantel regresaba tras jugar un partido de despedida del futbolista portugués Xico Ferreira ante Benfica, en Lisboa.

El avión de Avio Linee Italiana se estrelló contra la parte posterior de la Basílica de Superga, en la colina de Turín, y fallecieron 31 personas, entre ellos 18 jugadores del Torino, base de la selección italiana.  En cuanto al Manchester United, el accidente tuvo lugar el 6 de febrero de 1958 en Munich, luego de que el equipo inglés eliminara al Estrella Roja de Belgrado en los cuartos de final de la Copa de Europa.

La nave de la British European Airways se estrelló en el aeropuerto de Munich-Riem, donde estaba prevista una escala técnica y murieron 23 personas, contándose entre los sobrevivientes el célebre Bobby Charlton.

El 16 de julio de 1960 murieron ocho jugadores de la selección nacional de fútbol de Dinamarca en un accidente de avión ocurrido al despegar en el aeropuerto de Kastrup en Copenhague.

Otro hecho similar le tocó al seleccionado de Zambia, que competía en las Eliminatorias para el Mundial de 1994, que iba a tener lugar en Estados Unidos.

El 27 de abril de 1993, el avión de la Fuerza Aérea de Zambia que transportaba al equipo a Senegal, se estrelló, matando a los 30 pasajeros, entre ellos 18 jugadores.

Nunca le ha tocado un accidente trágico al fútbol argentino pero se recuerda la odisea vivida por el plantel de Racing el 27 de marzo de 1967. El mítico “Equipo de José”, tras ganar 2-0 frente a Independiente Medellín, por la Copa Libertadores de América que después iba a obtener, al igual que la Intercontinental de ese mismo año, embarcó hacia Bogotá en medio de una tormenta.

“No me olvido más. Vi la muerte por primera vez en mi vida. El avión se iba para abajo. Dejaron de funcionar los motores. Nos estrellábamos ahí, en ese valle, entre las montañas. Fue Dios o una mano. Fue un milagro. Nos habían perdido el rastro. Los comandantes, cuando llegamos, nos dijeron que era imposible salvarnos”, relató alguna vez Alfio Basile.