AUTOMOVILISMO
1 de mayo de 2019
Se cumple otro aniversario de la muerte de Ayrton Senna
El brasileño Ayrton Senna da Silva, tricampeón de la Fórmula 1, fue considerado por el mitíco argentino Juan Manuel Fangio como el "número uno" en la categoría, fallecía hace 25 años en un accidente en el circuito de Imola, en San Marino, Italia.
El automovilismo literalmente se detuvo el 1° de mayo de 1994. El brasileño lideraba el Gran Premio de San Marino, Imola, a bordo de su monoplaza Williams FW16. La curva Tamburello en Fórmula 1 fue la última que manejó. A más de 200 kilómetros por hora, impactó frente a los muros de contención.
Una parte de la suspensión del vehículo le ocasionó la muerte, perforando su casco. Fue como si le hubieran disparado un balazo en su cabeza. Continuó con vida artificialmente hasta llegar al Hospital Maggiore de Bologna, donde fue declarado muerto a las 18:40, hora local.
En su funeral en la ciudad de San Pablo, se estima que asistieron más de un millón de personas. Ayrton Senna era un símbolo para Brasil, mucho más que un simple deportista o piloto de automovilismo. Era el más rápido en las pistas, y el más coherente fuera de ellas.
Logró tres títulos del mundo en 1988, 1989 y 1991. Además, cantó victoria en 41 Grandes Premios y obtuvo 80 podios.
Además, consiguió 19 récord de vuelta en carreras, 161 Grandes Premios disputados y 641 puntos conseguidos a lo largo de su participación en la Fórmula 1.
El momento del accidente
Muchos rumores circularon sobre el casco que Senna usaba ese día: el peso habría sido menor al reglamentario, a costa de sacrificios en su resistencia al impacto. “Ciertamente, la compañía que instaló el aparato de radio en el casco dudó de su legalidad. El anónimo técnico que hizo el trabajo dijo que el casco podía ser dañado fácilmente y que era algo que nunca había visto -escribió el periodista Tom Rubython en su libro “La vida de Senna”- Esto nunca fue documentado, nunca se trató en el juicio, nunca fue investigado por la FIA. Algún indicio puede tomarse del indecente apuro con el que el casco fue destruido, siguiendo órdenes de la familia Senna, apenas liberado por las autoridades italianas en 2002″, declararía Adrián Newey, absuelto en la causa, y hoy director técnico de la escuadra Red Bull.
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